¿De qué hablamos cuando hablamos de MLS?

La verdad es que a veces confundimos un MLS con “otro portal inmobiliario”, y no. Un Multiple Listing Service es ‒digámoslo claro‒ el punto de reunión profesional donde corredores y agencias comparten su inventario completo para que todos puedan ofrecerlo. Imagínalo como un gran tablero único: si alguien anota una propiedad, el resto de la red la ve en tiempo real. Y es que, cuando la oferta y la demanda se cruzan allí mismo, los cierres llegan antes de que el café se enfríe.

Beneficios que se sienten en la vida diaria de un agente

Piensa en un lunes típico: abres Domus, te llegan tres alertas porque hay nuevos apartamentos en Chapinero con balcón. Sin MLS estarías saltando entre portales, chats y hojas de Excel. Con la red, en un solo vistazo sabes qué mostrar y a quién. El cliente nota tu dominio del inventario y piensa: “este agente sí sabe”.

Colaborar deja de ser un acto de fe. Hoy un colega de Bucaramanga sube una casa; tú, desde Cali, tienes el comprador ideal. Acuerdan comisión en minutos y cada quien sigue con su día. ¿Perder margen? No realmente: es que vendes dos veces más rápido y el flujo de caja agradece.

Y no olvidemos los datos: ¿cuántas veces llegaste a una cita y el precio había cambiado? Con el MLS cada ajuste se registra al instante. Adiós visitas fallidas, hola reputación de un profesional que maneja información fresca.

Finalmente está la transparencia. Un vendedor recibe un reporte automático con número de visitas, comentarios y ofertas. Ve el movimiento real, confía y renueva la exclusiva. El comprador, a su vez, compara precios como quien mira la carta de un restaurante: todo claro, sin sorpresas. Esa claridad te hace volver a escena en la próxima compra, en la próxima recomendación.

¿Has escuchado alguna de estas objeciones?

“Aquí no hay ley que respalde un MLS.”
Totalmente cierto, no hay decreto milagroso. Pero recuerda cuando llegaron las apps de transporte: la normativa quedó atrás y, aun así, el servicio subió de nivel. Con el MLS pasa lo mismo: reglas internas, penalizaciones simples y un estándar que pone a raya la informalidad. Así te separas del montón sin esperar a que el Congreso mueva un dedo.

“Compartir comisión es perder dinero.”
Míralo como un buffet libre: pagas una sola entrada y comes de todo. Prefieres 100 % de cero ventas o 50 % de varias ventas al mes. Y es que, al abrir el inventario, rotas más rápido y terminas facturando más.

“Yo ya publico en todos los portales, ¿para qué otro sistema?”
Los portales son vitrinas de cara al público; el MLS es la cocina donde se cuece el plato fuerte. Allí se conectan colegas, se cruzan necesidades y se firman acuerdos mientras duermes. El mismo anuncio trabaja doble turno.

“No existe un MLS nacional.”
Exacto, y por eso la nube es tu mejor aliada. Domus ya enlaza agencias de Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y la Costa. Funciona como una red nacional de facto. Cuanto antes entres, antes disfrutas el efecto dominó de más listados, más agentes, más cierres.

Así Domus aterriza la colaboración en tu día a día

La verdad es que nadie quiere trabajar con mil pestañas abiertas. Por eso el MLS de Domus vive dentro del mismo CRM donde ya agendas visitas y haces seguimiento de clientes. Buscas “loft en Laureles con balcón” y, en un parpadeo, salen tus listados y los de toda la red. No hay que saltar a otra plataforma ni recordar contraseñas: todo ocurre en la misma pantalla que usas cada mañana con el primer sorbo de café.

Y es que la conversación con el colega tampoco debería ser un vía crucis. Cuando encuentras la propiedad perfecta, un botón verde de WhatsApp se enciende como señal de “¡hablemos ya!”. Le das clic y el chat se abre con un saludo listo para coordinar cita y porcentaje de comisión. Así, mientras escribes “¿te sirve el jueves a las 3?”.

Luego está el detalle del branding. Imagina que envías la ficha al cliente: aparece la foto del edificio, el precio y, bien grande, tus datos de contacto. Aunque el inmueble sea de otra agencia, tú sigues siendo la voz cantante. El comprador ni se entera de los hilos que se mueven detrás; lo único que ve es un agente que le resuelve la vida con profesionalismo.

Y para que nada se pierda en el camino, el CRM registra cada paso: quién llamó, qué dijo, si hay oferta o firma en curso. Los demás agentes pueden ver el estatus ‒“Visita programada”, “Contraoferta recibida”‒ y se ahorran duplicar esfuerzos. Es como tener un tablero de ajedrez donde todas las piezas avanzan sabiendo exactamente la última jugada.

Cómo subirte hoy mismo a la ola

Primero, tómate un minuto para pensar cuántos días lleva tu listado más antiguo sin moverse; eso será tu punto de partida. Después, agenda una demo con Domus ―son treinta minutos, menos de lo que dura tu serie favorita― y mira en vivo cómo tu inventario se mezcla con el de colegas de Bogotá, Medellín o la Costa sin que tengas que copiar ni pegar nada. Invita a tres agentes de confianza y verás cómo, de la noche a la mañana, tu red crece como un grupo de WhatsApp que se llena de contactos valiosos. Y, antes de colgar, deja por escrito las reglas de comisión con esos colegas; así todo arranca claro como agua. Cuando te des cuenta, estarás celebrando tu primer cierre compartido… y preguntándote cómo hacías antes sin esta red.

¿Prefieres llegar y jugar? Súmate a Afydi

La verdad es que no todos quieren empezar de cero invitando colegas uno por uno. Si prefieres aterrizar en una red que ya está aceitada, Afydi es el atajo perfecto. Hablamos de una comunidad amplia, liderada por profesionales que llevan años moviendo inventario en todo el país. Te conectas hoy y, desde el día uno, accedes a un módulo estadístico que muestra precios de cierre, tiempos promedio en mercado y tendencias por barrio—una brújula de datos que te ahorra conjeturas.

Y es que la cosa no termina en los números: Afydi incluye un calendario continuo de capacitaciones, desde talleres de fotografía inmobiliaria hasta clínicas de cierre y negociación. Así, mientras vas sumando listados, tu equipo se pone al día con las mejores prácticas del gremio. En resumen, si quieres despegar sin curva de aprendizaje, vincularte a nuestro aliado Afydi es como entrar a una fiesta donde la música ya está sonando y todos bailan al mismo ritmo.

¿Listo para unirte? Escríbenos y te ponemos en contacto de inmediato; el próximo cierre compartido podría venir antes de lo que imaginas.

por Robin

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